Thursday, May 24, 2012

Circense

Y porque Virgi ama al Domador...

Estuve enamorado
de la payasa más bonita,
apenas unos pocos días
grises de otoño,
cuando la banda
llega al pueblo;
llevaba roja la naríz
como un morrón
y capas de maquillaje
le entristecían el gesto;
actuaba - ella - de:
hazmereír mío,
"soy tu hazmereír", decía,
y objetivamente,
su profesión y su labor,
pero su amor,
era más grande
- irretribuible -
que la carpa del circo
y en las gradas
miles de enamorados
estallando en carcajadas
que se contagiaban,
locamente,
como los besos
del hijo desterrado - que vuelve -
se multiplican
en la cara de su madre;
un amor tan grande
nunca es exclusivo,
y por eso, tal vez,
el estruendo de risas
la fulminaba
como un rayo
de amargura
insólito y continuo.

Imagen: Menganita y su maravilloso universo

No comments:

Post a Comment