Thursday, March 15, 2012

Acunamiento del deseo


Y porque te deseo
se desea tu cuerpo,
y además,
también mi cuerpo
incrustado en tu cuerpo
como una fiebre caprichosa
o una bala,
alojada en un rincón
inaccesible, recóndito,
adonde no llega
la mano del hastío
o la rutina que roe,
por ahora,
y quién sabe hasta cuando
y mientras así lo dispongan
este frenesí de Ménades
y aquel fuego primordial.

Imagen: Michal Lukasiewicz

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