Thursday, September 8, 2011

Envidia de la piedra (Dark side)


Acariciando una piedra los días cayeron en el barril negro y profundo del sinsentido. Esperando un estremecimiento improbable. "Las piedras no se conmueven por nada", dijo la rosa, regodeándose en su color. "Jamás lograrás arrancarle una lágrima o un gemido" cantó el pájaro, alucinado en su vuelo. "No te amará, su corazón es áspero y es hija del rigor", susurró el pez, brillante como el oro.
Y en efecto, la piedra, que es indiferente a las demostraciones emotivas y desprecia el arrumaco cursi, no se inmutó, sino hasta que la lluvia violenta y el viento más insensible de la historia de los vientos, le arrancaron partes de sí, la despellejaron sin misercordia, la dejaron hundida en la arena y absorta, rota hasta el alma.
Ríos veloces y fugaces arrastrando en su cauce lo que, en adelante, sería para la piedra pura ausencia. Cicatrices eternas en su cuerpo, que aún ignora con arrogancia, la tibia caricia que le prodiga el enamorado.

Imagen: Kishin Shinoyama

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