Monday, August 15, 2011

Mujer alta


                        A la chica que encuentra piedras en cualquier parte.


"Si, es larga -respondió el caballero-, pero es muy, pero que muy bonita. A todos los que me la oyen cantar...o les vienen las lágrimas a los ojos, o..."

Al otro lado del espejo - Lewis Carroll

La mujer más alta del mundo estaba triste. Así pasaba sus días, triste. Porque no podía arrodillarse en el arroyo que descendía de la montaña a recoger piedras de colores, ni flores en los senderos, ni insectos extravagantes con dibujos raros en sus lomos. Y es que doblar su cuerpo era un trabajo insidioso y que le llevaba un tiempo importante, de modo que cuando llegaba a la mitad, le dolían todas las articulaciones. Ciertamente, era una mujer altísima, e inclinarse, para ella, no era como chuparse un dedo o rascarse la cabeza.
Hasta que un día descubrió que, con sólo levantar un poco los brazos podía recoger las piedras más brillantes jamás vistas, los astros que conmueven a los locos enamorados perdidos, las blandas y blancas alfombras mágicas para viajar sin límites. Y eso es mucho decir, porque las joyas al alcance de su mano, son infinitas.

Imagen: John White Alexander

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