Thursday, June 16, 2011

La chica que se hizo bolas


Había una vez una chica muy simple, que de tan simple un extraño podría conocerla. Pero conocerla, hablo de desatar sus no-nudos, desandar sus no-laberintos, interpretar sus no-difíciles elucubraciones, porque de hecho no existía nada de eso en positivo, era una chica muy simple. Transparente como el aire, simple como un niño, simple, sencilla (¿es lo mismo que simple?). Ni siquiera sombra tenía.
Aburrida para los psicólogos, para los filósofos y para los curas confesores, chica tan simple jamás se dedicaría a cuestionar la existencia de un dios o del yin yang, la cuestión de la muerte o la significación de los sueños. 
Pero soñó, y si hay algo que incitan ciertos sueños voluptuosos, es a buscar desenfrenadamente lo soñado, que soñado es como el humo, que existe pero no se puede atrapar con las manos. En la vigilia, lo soñado deviene en deseo, y como deseado y no tenido, en un hondo abismo que es necesario de-construir para poder "tenerlo", re-gresar a la dulcísima posesión que confiere fugazmente el sueño. Tal vez, "al principio fue sueño y no tinieblas".
Soñó ese sueño, y a partir de ese momento las cosas dejaron de ser simples, simple el mundo, simples los enunciados, simple la chica toda. Porque en cualquier búsqueda siempre es necesario enrollar una madeja "caotizada" por el pícaro gato del azar o del destino, o por la voluntad de alguien o algo, quién sabe.
Todo lo que es simple puede complejizarse, pero nada complejo puede simplificarse.
De manera que la chica escribió millones de hojas, que quizá, acabaran quemadas como la tragedia (o no) de la Sra. Saeki. Creó millones de imágenes intentando materializar la preciosa dicha del sueño. Pergeñó millones de hipótesis en torno a la unidad y a la comunión del soñador y lo soñado. Desesperada persecución de lo simple.
¿Rescatar del sueño lo soñado y hacerlo materia? O ¿Secuestrar de la realidad, si es que existe, lo deseado y trasladarlo al mundo del sueño? Es muy complejo.
Y en esa asechanza obsesiva, se va el tiempo de la chica que era simple pero soñó. Y los sueños tienen esa cosa de necesidad. Necesidad de llegar a otro, "hacerse" con lo soñado. Dos, es complejo.
Esta es su hipótesis favorita: que al llegar a aquello que soñó y se le niega, de dos se hará uno, retornará trascendentalmente a lo simple.

Imagen: Paul Klee

No comments:

Post a Comment